domingo, 15 de febrero de 2009

Cash, un show a consumir

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José María Muscari, tiende o a provocar o a sorprender y una vez más, lo logra
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José María Muscari, tiende o a provocar o a sorprender: por su originalidad temática, por el fenómeno de conjunción entre el off y lo comercial, por su poder de persuasión en las invitaciones a los actores que se tientan con su juego; y una vez más, lo logra.
Cash, su nueva comedia, es como él mismo la define en algunos reportajes: un show. El show, casi por definición “muestra” más que “cuenta”, y este no por eso no deja de hacernos reflexionar sobre el valor del dinero en la sociedad de la que formamos parte.
Ya sin ambiciones de contarnos una historia, y con una excusa simple como lo es el encuentro de los dueños de distintas opciones de un sistema vacacional de “tiempo compartido”, son estos personajes los encargados de poblar este universo de insatisfacciones constantes.
Oficia de guía en este tren fantasma de glamorosas miserias, un presentador, animador o mejor dicho un showman, que entra y sale de la acción sin ningún parámetro o convención; es el maestro de ceremonias y alter ego del creador de la propuesta. Estos cortes, producen un cierto distanciamiento, e imprimen el ritmo ideal para que nada sea pasado por alto y a la vez que nada nos deje “estacionados” emocional o racionalmente. Otro elemento tan fundamental como el ritmo impuesto, es el humor que termina de imprimir el tono necesario como para poder digerir el mal trago que es ver esa brutal foto que la propuesta nos saca como sociedad.
El valor de este material es elevado a su máximo potencial con las actuaciones del elenco en el que TODOS (Daniel Aráoz, Belén Blanco, Juan Carlos Dual, Nacho Gadano, Gustavo Garzón, Norma Pons y Ronnie Arias) sorprenden!.
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Muchas veces se ven a actores consagrados y con trayectoria haciendo buenos o “correctos” desempeños escénicos pero que no son más que lo que ya se sabe que pueden hacer. Este no es el caso, acá todos sacan cartas de debajo de la manga, todos se muestran distintos a lo que suelen hacer, demostrando que no están apoltronados en la “gloria de tiempos de esplendor” y que un artista puede y debe reinventarse constantemente. Esto es algo que a suele suceder en el off, donde sin las presiones del teatro comercial se puede experimentar con mayor libertad, y sin embargo esto sucede nada más que en el Maipo y con un productor comercial, una sorpresa más.
Si siente que hay algo que le falta siempre, que lo que tiene no le gusta o alcanza, si tiene miedo de perder lo suyo o de que lo estafen, si alguna vez se cuestionó si es querido por lo que tiene, si comprar es a veces un calmante… compre y consuma este show más que efectivo!
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MUNDO TEATRAL Por Gonzalo Castagnino

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